METAMORFÓSIS

De apariencia casi extraña,

con ese manto esperpéntico,

que recuerda a lo siniestro.

De carácter desmedido,

de pensamientos profundos,

estrambóticos y místicos.

Su simiente echa raíces,

su filamento es erguido,

coronándose con orgullo,

de colores opalinos,

diáfanos, de amatista

o ese verde azul marino.

Trata de absorber el agua,

que se cuela por laberintos

intrincados en la tierra,

con dureza abre el camino,

ensancha sus languideces,

adaptándose a lo inhóspito.

Aquél manto le protege,

de un sol altanero y cálido,

aún joven, de ardientes rayos,

pululando siempre en círculos.

Sólo el resplandor lunar,

sirve fiel a sus designios,

y en la noche de las brujas,

con el más intenso hechizo,

adentrándose en el cáliz

partículas, polvos mágicos.

despiertan risueños pétalos,

enlutados y tan frígidos

al principio, tornándose

ondulantes, renacidos

en el rocío nebuloso.

Y en el más oscuro sitio,

se transforma, titilando,

el tallo se ensancha, crecen

veteadas hojas con pinchos,

se enfurecen sus colores,

se vuelven intensos, vivos.

Su poder es atrayente,

acuden nocturnos bichos,

admiran la luz de plata,

que se posa en lo morbífico,

en la aciaga y solitaria

flor, henchida de infortunios,

que en un tiempo fue beatífica.

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