13. Caballito Blanco
¡Oh número innombrable¡
Tú que causas ese miedo irracional
y provocas malestar entre la gente.
Que en la última cena enumeraste
al mismísimo traidor, Judas Iscariote.
Tú que te colaste en la cena del Valhalla
a través de Loki, y por tu causa murió Balder,
el favorito de los dioses.
Que en el cábala enumeras a los espíritus malignos
y en el nuevo
testamento al mismo capítulo del apocalipsis.
Tú que fuiste la sombra de Wagner,
y en el tarot arcano reflejas la tétrica figura de la
muerte.
Que acompañas al martes en su mala suerte,
y en un viernes tuyo,
fueron ejecutados los templarios.
¿Qué te ha pasado?
No apareces en los relojes más
clásicos,
ni en los dorsales de las camisetas de ningún equipo.
No tienes asiento en los aviones de ninguna clase,
ni te alojas en las habitaciones de los hoteles de qué
importa cuántas estrellas.
No tienes línea de bus ni de metro en Madrid,
ni compites en los circuitos de los veloces Fórmula 1.
No apareces en el DNI de la Infanta Cristina,
que por sangre numérica te pertenecía.
No tienes sitio en el alivio de luto de Sabina
y John Mayer apenas te dedica 2” de silencio.
No tienes versión de Microsoft Officce, de Winzip,
ni de muchos otros programas.
¿Qué te ha pasado?
¡Oh numero olvidado,
número maldito,
número desterrado,
número proscrito¡
¡Tuyas son las lunas llenas del
año,
y sólo tú la conquistaste en la
misión Apolo
junto a los americanos!
Recordaré tus hazañas,
convertidas ya en mitos.
Y aunque no te quiera Occidente,
al menos te queda América
y la indiferencia de los chinos.
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